Fue un fraile de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Era famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas de Jesucristo que presentó en las manos, pies y costado.
Con el lema “Padre Pío: Ecos de un corazón santo“, el corazón de San Pío de Pietrelcina llegará a la Argentina y recorrerá, entre el 19 y el 25 de abril, diferentes lugares donde será expuesto para su veneración.
El padre Pío de Pietrelcina, nacido Francesco Forgione el 25 de mayo de 1887, falleció el 23 de septiembre de 1968 en San Giovanni Rotondo donde vivió su vida religiosa en Italia, fue un fraile y sacerdote católico italiano de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos (franciscanos).
Era famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas de Jesucristo que presentó en las manos, pies y costado durante 50 años, con dolores.
Fue canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II en la Iglesia católica con el nombre de San Pío de Pietrelcina.
La Animación argentina de los Grupos de Oración traerá el corazón de San Pío de Pietrelcina, cuyo cuerpo se encuentra incorrupcto, para visitar la Argentina, custodiado por el padre guardián de san Giovanni Rotondo, Fray Carlos María Laborde, entre el 19 y el 25 de abril.
Desde su llegada y hasta el 20 de abril, la reliquia permanecerá en la catedral metropolitana en la Ciudad de Buenos Aires mientras que el sábado 21 será expuesta en la basílica y santuario nacional Nuestra Señora de Luján.
El domingo 22 de abril, el corazón del Padre Pío llegará al santuario Nuestra Señora del Rosario de Pompeya (avenida Sáenz y Esquiú) de Capital Federal y el 23 estará expuesto en la basílica Nuestra Señora de la Piedad (Bartolomé Mitre 1524).
Por otra parte, el martes 24 de abril, la reliquia visitará la capilla Divino Niño del hospital de Pediatría Garrahan, también en la ciudad de Buenos Aires.
En tanto el miércoles 25, último día de su estadía en el país, el corazón estará nuevamente en la catedral metropolitana.
Los fieles en todos los sitios recibirán estampas, oraciones y algunos recuerdos bendecidos y más adelante, el equipo de Animación de los Grupos de Oración brindará los detalles de la visita tales como horarios de misa, momentos de oración y charlas.
Oración de san Padre Pío de Pietrelcina
… porque eres mi luz y sin ti estoy en tinieblas
Quédate, Señor, conmigo, porque es necesaria tu presencia para no olvidarte. Sabes cuán fácilmente te abandono.
Quédate, Señor, conmigo, pues soy débil y necesito tu fuerza para no caer muchas veces.
Quédate, Señor, conmigo, porque eres mi luz y sin ti estoy en tinieblas.
Quédate, Señor, conmigo, porque eres mi vida y sin ti pierdo el fervor.
Quédate, Señor, conmigo, para darme a conocer tu voluntad.
Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y te siga.
Quédate, Señor, conmigo, pues deseo amarte mucho y estar siempre en tu compañía.
Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel.
Quédate, Señor, conmigo, porque por más pobre que sea mi alma, desea ser para ti un lugar de consuelo y un nido de amor.
Quédate, Jesús, conmigo, pues es tarde y el día se acaba… La vida pasa; la muerte, el juicio, la eternidad se acercan y es necesario recuperar mis fuerzas para no demorarme en el camino, y para ello te necesito. Ya es tarde y la muerte se acerca. Temo la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, los sufrimientos – y te necesito mucho, Jesús mío, en esta noche de exilio.
Quédate, Jesús, conmigo, porque en esta noche de la vida, de peligros, necesito de ti. Haz que, como tus discípulos, te reconozca en la fracción del pan; que la comunión eucarística sea la luz que disipe las tinieblas, la fuerza que me sustenta y la única alegría de mi corazón.
Quédate, Señor, conmigo, porque en la hora de la muerte quiero estar unido a ti; si no por la comunión, al menos por la gracia y por el amor.
Quédate, Jesús, conmigo; no pido consuelos divinos porque no los merezco, sino el don de tu presencia, ¡ah, sí, te lo pido!
Quédate, Señor, conmigo; sólo a ti te busco; tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque te amo y no pido otra recompensa sino amarte más. Con un amor firme, práctico, amarte de todo corazón en la tierra para seguirte amando perfectamente por toda la eternidad.